La empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) continúa generando preocupación en el ámbito financiero internacional luego de que México emitiera deuda por 41 mil millones de dólares, una medida que refleja la creciente presión económica sobre el país debido al colosal endeudamiento de su principal compañía petrolera.
Actualmente, Pemex arrastra una deuda total superior a los 100 mil millones de dólares, según informes de Bloomberg y Fitch Ratings, colocándola como una de las petroleras más endeudadas del mundo. Esta situación se agrava por la reducción sostenida en su producción, que en 2025 se estima en 1.65 millones de barriles diarios, la cifra más baja en cuatro décadas.
Expertos advierten que la combinación de deuda elevada y baja productividad genera un riesgo macroeconómico significativo para México. El analista energético Gonzalo Monroy afirmó: “La deuda de Pemex no es solo un problema corporativo; impacta directamente las finanzas públicas y la capacidad del país para invertir en infraestructura y programas sociales”.
La Administración Federal ha buscado mitigar la presión mediante inyecciones de capital y apoyo fiscal, pero los resultados todavía son insuficientes para equilibrar las finanzas de la petrolera. Asimismo, organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y agencias calificadoras como Moody’s han recomendado reformas estructurales urgentes para reducir los pasivos y mejorar la eficiencia operativa de la compañía.
A pesar de los desafíos, el gobierno mexicano sostiene que Pemex sigue siendo un activo estratégico para la soberanía energética y garantiza que continuará recibiendo apoyos hasta lograr una estabilización financiera y operativa.
Mientras tanto, los mercados y analistas globales mantienen una estrecha vigilancia sobre el futuro de Pemex, ya que su desempeño no solo condiciona la economía mexicana, sino también la confianza de los inversionistas internacionalesen el país.

